Durante un par de minutos la conciencia de toda la raza humana se desvanece y es proyectada hacia el futuro. Así empieza la novela en la que se ha basado Flashforward, la serie de televisión del momento en todo el mundo.
Mientras la humanidad debe restañar los catastróficos efectos inmediatos, las implicaciones más serias tardan algo más en aparecer. Aquellos que no recibieron visiones del porvenir tratan de descubrir cuál es la causa. Otros buscan ya (o tratan de evitar conocer) a sus futuros amantes, o investigan su propio asesinato.
A medida que las verdaderas consecuencias de lo sucedido comienzan a hacerse claras, todos quieren un destello del futuro, una oportunidad para saltar y ser testigo de su éxito… O para aprender a evitar sus errores.
Compré el libro por la serie. Eso generalmente es un error, pero por suerte en este caso no ha sido así. He de decir que no tienen muchas cosas en común aparte del flashforward en sí.
La serie se centra (o centraba) más en la investigación policial, mientras que en el libro los que investigan son los físicos Lloyd Simcoe y Theo Procopides. Además, podríamos decir que los personajes de la serie son más “normales” que los del libro (en su mayoría científicos sin mucha relación con el mundo exterior).
Por eso mismo creo que el que sean los físicos los que investigan las causas del flashforward es algo contraproducente. Y es que aunque hay partes del libro que hacen que no puedas parar de leer, pero cuando empiezan a explicar algunas de las teorías físicas te darían ganas de quemar el libro y torturar al escritor.
Hay otras 2 grandes diferencias con la serie:
1. La serie tiene lugar en los Estados Unidos, pero el libro está situado (la mayoría del tiempo) en el CERN y hace cierto hincapié en la convivencia de diferentes culturas europeas.
2. En el libro el flashforward es de 21 años en el futuro, mientras que en la serie son meses (tienen la visión sobre el 30 de abril del 2010 el 6 de octubre de 2009). Esto marca una gran diferencia, y es que 21 años son mucho tiempo y el autor nos da pinceladas de posibles innovaciones tecnológicas y algún que otro problema con la capa de ozono.
Aunque la mayor diferencia es que en el libro el flashforward es puro fruto de la casualidad, mientras que en la serie el flashforward mundial ha sido causado por una “organización” (llena de malos malísimos con un montón de infiltrados en todos los sitios) que quería conseguir algo con esos destellos del futuro. ¿Qué querían conseguir? No lo sé, y creo que no podré saberlo, porque los de la cadena ABC decidieron cancelarla.
En conclusión, no es un mal libro para leer, aunque una servidora prefiere la serie, que es muchísisimo más emocionante e interesante.
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